La ingesta de alimentos y bebidas puede alterar los resultados de muchos análisis, especialmente aquellos relacionados con el metabolismo. Por esta razón, algunos estudios, como el perfil lipídico o la glucosa en sangre, requieren ayuno. Los alimentos consumidos antes de estas pruebas pueden elevar los niveles de triglicéridos, glucosa o insulina, generando resultados inexactos.
El ayuno generalmente implica abstenerse de comer durante 8 a 12 horas, aunque en la mayoría de los casos se permite beber agua. Sin embargo, el consumo de café, té, jugos o alcohol está contraindicado, ya que estos pueden modificar los valores analizados. Por ejemplo, un café puede estimular la producción de insulina, afectando una prueba de glucosa.
Un ejemplo común es un perfil lipídico, donde un paciente que no respeta el ayuno podría presentar niveles de triglicéridos anormalmente altos. Esto podría llevar a un diagnóstico erróneo de hipertrigliceridemia, cuando en realidad los niveles serían normales bajo las condiciones adecuadas.
